Por Manuel Fernández-Galiano Amorós.
Tal y como se ha mencionado en otros posts, como LA CRÍTICA A METODOLOGÍAS DEL PASADO o LA NECESIDAD DE REPENSAR Y PLANTEAR UNA EDUCACIÓN BASADA EN PROCESOS, aquí traemos un ejemplo de cómo cambiar estos paradigmas tradicionales, que además tienen en cuenta la diversidad. Esperemos que os sirva de ayuda.
1. ¿Qué es INCLUD-ED?
Este proyecto, según el artículo Actuaciones de éxito en escuelas europeas “analiza qué estrategias educativas contribuyen a superar las desigualdades y a fomentar la cohesión social y cuáles generan exclusión social, prestando especial atención a grupos vulnerables o desfavorecidos” (2011: p.10).
En este sentido, se plantean como objetivos:
- Desarrollar habilidades de trabajo en grupo.
- Mejorar la cohesión grupal.
- Reconocer la equidad entre iguales.
- Desarrollar conocimientos basados en la propia experiencia del alumnado.
- Aceptar y atender la diversidad del alumnado y de la sociedad.
- Valorar los enfoques multiculturales.
- Trabajar de manera cooperativa e interactiva.
- Fomentar la participación.
- Evitar la pasividad del alumnado.
Estos objetivos casan, de manera evidente, con el desarrollo de competencias que se observan en la LOMCE. Así, esta metodología se convierte en un potente aliado del docente a la hora de trabajar y desarrollar estos procesos de enseñanza-aprendizaje.
Para el desarrollo adecuado de esta pedagogía, es necesario crear grupos de trabajo, donde se tenga muy en cuenta la diversidad de cada grupo de referencia. Esto significa que el docente debe agrupar a los estudiantes teniendo muy presente y conociendo, en el mayor nivel viable, la diversidad del alumnado al que se dirige. De esta manera, los grupos-base deben quedar lo más igualados posibles en relación a las capacidades y características que tienen los propios estudiantes. Se deben crear grupos de trabajo cooperativo que integren a todo tipo de alumnado. Por ejemplo, una agrupación adecuada sería aquella que reúne alumnos con criterios diversos como el de diferente sexo, edad, notas, nacionalidad, actitud, etc. Cuanto más diferentes entre sí, más valor tendrá su interacción.
Por último, los centros deben contar con un grupo de voluntarios, esto es, personas externas a la escuela, que representan simbólicamente la sociedad, que apoyen estos grupos. Las sesiones pueden ser elegidas cada semana, quincenalmente o mensualmente. Cuantas más sesiones más se desarrolla ese trabajo en grupo.
2. ¿Por qué es una pedagogía basada en el proceso?
Las pedagogías tradicionales se enfocan en alcanzar un objetivo y evaluarlo en una escala, es decir, darle una nota y calificarlo. Esta metodología se enfoca, fundamentalmente, en el desarrollo del proceso cooperativo e interactivo. Esto se hace de la siguiente manera:
Se distribuye la clase en los grupos base, para lo cual se juntan las mesas formando un cuadrado donde todos se pueden ver unos a otros. Los voluntarios, que debe haber tantos como grupos haya, se colocan en una de las mesas. De esta manera, los grupos van rotando por las mesas con cada nuevo voluntario. Asimismo, cada nueva mesa tiene una actividad diferente que permita el desarrollo del trabajo en grupo. Las rotaciones se realizan cada 10 minutos, que es el tiempo que se estima que el cerebro es capaz de prestar la atención total.
El papel del voluntario es fundamental, puesto que es quien se encarga de dinamizar el grupo para que todos puedan dar su opinión respecto al problema planteado y trata de consensuar las diversas opiniones.
La respuesta a la pregunta de si es una metodología basada en el proceso es positiva, puesto que se fundamenta en el interés de que los grupos trabajen en equipo, resuelvan un problema en un tiempo determinado y luego vayan a otro. Lo importante no es el resultado de resolver ese problema, sino que se haga de manera grupal, consensuada, cooperativa e interactiva.
Lo que se produce es ese intercambio comunicativo, ese aprendizaje de los alumnos respecto al voluntario y viceversa, sin un profesor que guíe ese desarrollo sino que apoya o acompaña, así como observa el comportamiento de los estudiantes encaja con una metodología basada en el proceso. El profesor, junto con los voluntarios, solamente velan por la correcta realización del ejercicio. No interesa que se realice rápido, ni bien, ni mal, ni regular. Interesa que se haga en grupo, de manera realmente cooperativa.
3. Conclusiones
Como hemos señalado, el aprendizaje que se desarrolla en este tipo de metodologías está basado en el proceso, dado que no interesa el resultado, sino lo que se crea durante ello. Normalmente, se puede encontrar alumnos pasivos, que no participan, que no quieren rotar, que no quieren opinar o no quieren escuchar lo que los demás tienen que decir, para poco a poco ir revirtiendo esa carencia de competencias de trabajo en grupo hacia unas más positivas como la capacidad de escuchar, de ayudar, de desarrollar compañerismo, ser participativo y activo en el aprendizaje, mejorar la capacidad de comunicación, etc. Puede que los estudiantes, al principio, piensen que es un aburrimiento, que es una actividad como otra cualquiera más, pero hay que sacarlos de la zona de confort, de la idea de enseñanza tradicional donde se espera un resultado por su parte, para hacerles comprender que no es así, que lo que se busca es llegar a la zona de la incertidumbre donde se produce el aprendizaje.
En conclusión, este cambio de paradigma requiere entender la educación desde un enfoque diferente por parte del profesorado que implante y utilice este tipo de metodologías, porque no consiste en evaluar la práctica que realizan los estudiantes con una nota, sino en crear un material que les permita desarrollar todas las habilidades que se han ido nombrando.
4. Bibliografía
VV.AA. (2011), Actuaciones de éxito en escuelas europeas, Ministerio de Educación. Rescatado de: https://sede.educacion.gob.es/publiventa/PdfServlet?pdf=VP14963.pdf&area=E
Para encontrar más información relacionada con este, puedes visitar los siguientes posts del blog:
Una buena propuesta el trabajo en grupos interactivos basada en el hecho de que el aprendizaje que se desarrolla en este tipo de metodologías está basado en el proceso, dado que no interesa el resultado.
ResponderEliminarExactamente, el resultado viene con el tiempo, cuando ellos empiezan a saber trabajar en grupo y consiguen alcanzar objetivos por sí mismos, pero no se plantean, por ejemplo, para superar un examen, ni nada parecido.
EliminarBuena iniciativa Manu. Entiendo que si se desarrolla como una actividad prolongada en el tiempo podríamos hablar de una "comunidad de aprendizaje" en la que agentes externos a la escuela participan en los procesos de enseñanza-aprendizaje. ¿Los voluntarios pueden proponer cualquier actividad o tiene que estar relacionada con la asignatura? ¿Qué tipo de aprendizajes podrían darse en esta metodología? Me gusta mucho la idea y supongo que llevará mucho trabajo prepararlo y coordinar a los voluntarios, pero creo que es una buena manera de conectar el aprendizaje formal y no formal. Gracias por compartir!
ResponderEliminarLos voluntarios pueden proponer actividades. En teoría debe estar relacionado, pero como todo, la asignatura de lengua es muy amplia y se puede diversificar. Yo cuando lo he utilizado ha sido para mejorar la comprensión y la expresión tanto oral como escrita. Incluso para analizar películas, vídeos, cortos, etc. En definitiva, podría trabajarse cualquier aprendizaje, puesto que se permite el dinamismo.
EliminarLleva más trabajo de preparación, pero la realidad es que luego cuando se está desarrollando la actividad ellos son los protagonistas y disfrutas mucho escuchándoles y viéndoles trabajar de manera progresiva.