1.- Contexto
Hace tres cursos, en un nuevo cambio de centro (para conocer un poco más: educación y política) llegaba a un centro del corredor del Henares de la Comunidad de Madrid. Después de varios cursos con ciclos de Grado Medio y los llamados entonces PCPI (ahora formación profesional básica) volvía impartir clase a un grupo de Grado Superior. La asignatura Comunicación y atención al cliente en el ciclo de grado superior de administración y finanzas. Era un grupo bastante adulto, responsable, en el que se podía trabajar a gusto en clase. Este nivel está marcado por mucha materia y poco tiempo, por lo que la forma de ir rápido es utilizar un enfoque tradicional de educación bancaria, donde como bien se sabe, el rol docente es protagonista. El caso es que pasan las jornadas y puedes detectar en ciertos momentos hastío y aburrimiento. Y sobre todo, puedes percibir tu propio aburrimiento. No era un momento como el que se produce actualmente con el bombardeo sobre nuevas metodologías, pero en mi caso se leen artículos sobre pedagogía, se comparten reflexiones y se llega al aprendizaje basado en retos. Evidentemente, de la actividad que prepara uno, a lo que realmente es teóricamente un aprendizaje basado en retos, hay mucha distancia. Pero es importante como bien sabemos abandonar las rutinas y atreverse a realizar por primera vez algo distinto a lo que se suele hacer día a día. Y más cuando se está impartiendo una asignatura de comunicación, donde es más lógico y deseable que haya una comunicación de todos a todos y no sólo de uno a todos.
2.- Descripción de la actividad
Como ya he mencionado, dándole vueltas a como dar un giro y lograr una mayor motivación e implicación, se me ocurrió preparar una actividad basada en un reto, con la idea que trabajaran la comunicación oral, de forma que los educandos perdieran el miedo a exponer, que también se hiciera hincapié en el trabajo colaborativo, ya que la elección de propuestas la deberíamos realizar entre todos y todas. Todo esto en una inmersión en un tema relacionado con el mundo profesional en el que se sitúa el ciclo formativo que estudian los educandos.
Cada alumno/a debía proponer/elegir una propuesta que sirviera para mejorar a la empresa y exponerla al resto de compañeros, como si fueran los trabajadores de su propia empresa. En la valoración se tendría en cuenta la forma de comunicar, la imagen adecuada, la exposición de las ideas, etc. a través de un plantilla que fue entregada a todos ellos. Una vez realizadas las exposiciones, entre todos elegimos la idea/propuesta que nos pareció mejor a desarrollar, con un premio para dicha mejora. (En la situación entregada a los alumnos se hablaba de un premio para un viaje; evidentemente el presupuesto no daba para ello, por lo que se sustituyó por una guía de viajes al lugar deseado).
En estos dos enlaces os dejo (como recurso educativo abierto), la actividad entregada, con todas las propuestas planteadas por todos, así como la plantilla utilizada para valorar las distintas presentaciones realizadas por los alumnos y alumnas.
3.- ¿Es una actividad basada en el proceso?
El arranque de dicha actividad fue una propuesta del docente, pero después los alumnos y alumnas la tomaron como suya. No sólo participaron activamente en proponer ideas/mejoras, sino que buscaron información para poder exponer con precisión y fundamentos aquello que presentaban al resto. La elección de su propuesta fue un reflejo de sus pensamientos y una toma de posición, surgiendo debates muy interesantes en el aula. Además, la valoración de todas las propuestas y la elección de la que se consideraba mejor fue también un momento de debate y enriquecimiento, al escuchar opiniones a favor y en contra de las distintas propuestas. Durante la preparación, algunos de los alumnos y alumnas empezaron a interesarse por estos temas, de forma que comenzaron a prestar atención y a enlazar ideas/noticias que vieron en distintos medios de comunicación y que presentaron como propuestas/ideas propias, enriqueciendo el número de mejoras a presentar.
4.- Valoración personal
Ha pasado tiempo desde que me decidí a dar el paso con esta experiencia. Ahora resulta más sencillo salir del camino y plantear distintas actividades. Sigue produciéndose dentro de los educandos un recelo al principio al realizar una actividad que se salga de lo que conocen y, sobre todo, la típica pregunta de eso para qué vale.
En el caso de esta actividad, para que se tomaran más en serio la investigación y presentación de su idea, consideré valorar la actividad tanto como un examen. Al principio las caras no fueron de agrado, pero al preguntarles al final de curso por su valoración personal de todo lo estudiado, muchos hicieron mención a esta actividad como lo mejor del curso, al hecho de que no hay mejor forma de entender la comunicación que elaborando y presentando una comunicación al resto de compañeros y no sólo escuchando las clases (bien o mal) preparadas del docente de turno, que todavía hoy se sigue utilizando el mismo esquema de clase magistral y se sintieron en otro lugar tanto en el debate de propuestas, como en la exposición de su idea.
Un riesgo que corrí y que si repitiera la actividad no haría, sería el que todos valoramos las presentaciones de todos, de forma que se creó cierto ambiente competitivo y comentarios sobre la baja valoración que algunos compañeros daban entre sí (que no deja de ser otro aprendizaje de las circunstancias que pueden suceder en cualquier empresa).
En su momento, todo fue incertidumbre, una sensación de no saber muy bien hacia dónde nos dirigíamos. Después te das cuenta cómo se va construyendo algo distinto entre todos, al debatir las ideas y sugerencias que salieron propuestas por los alumnos. Como tomaron conciencia de que dentro del mundo empresarial había más elementos a considerar de lo que habían pensado, que había muchos aspectos que afectaban a distintos niveles de nuestra vida diaria. Seguramente la primera vez no sale bien, la idea que tiene el docente en la cabeza es una mezcla de ideas sacadas de cursos, artículos, conversaciones, etc. Pero es fundamental dar el paso adelante y realizar cambios en el aula. Aquella actividad fue el arranque de una toma de conciencia de que no pasa nada por salirse del camino hasta ahora marcado. Después ha venido el reflejo teórico de la necesidad de salirse del camino, de una toma de conciencia de una pedagogía crítica y un encuentro con otros muchos docentes con las mismas inquietudes. A modo de ejemplo:
Hace tres cursos, en un nuevo cambio de centro (para conocer un poco más: educación y política) llegaba a un centro del corredor del Henares de la Comunidad de Madrid. Después de varios cursos con ciclos de Grado Medio y los llamados entonces PCPI (ahora formación profesional básica) volvía impartir clase a un grupo de Grado Superior. La asignatura Comunicación y atención al cliente en el ciclo de grado superior de administración y finanzas. Era un grupo bastante adulto, responsable, en el que se podía trabajar a gusto en clase. Este nivel está marcado por mucha materia y poco tiempo, por lo que la forma de ir rápido es utilizar un enfoque tradicional de educación bancaria, donde como bien se sabe, el rol docente es protagonista. El caso es que pasan las jornadas y puedes detectar en ciertos momentos hastío y aburrimiento. Y sobre todo, puedes percibir tu propio aburrimiento. No era un momento como el que se produce actualmente con el bombardeo sobre nuevas metodologías, pero en mi caso se leen artículos sobre pedagogía, se comparten reflexiones y se llega al aprendizaje basado en retos. Evidentemente, de la actividad que prepara uno, a lo que realmente es teóricamente un aprendizaje basado en retos, hay mucha distancia. Pero es importante como bien sabemos abandonar las rutinas y atreverse a realizar por primera vez algo distinto a lo que se suele hacer día a día. Y más cuando se está impartiendo una asignatura de comunicación, donde es más lógico y deseable que haya una comunicación de todos a todos y no sólo de uno a todos.
2.- Descripción de la actividad
Como ya he mencionado, dándole vueltas a como dar un giro y lograr una mayor motivación e implicación, se me ocurrió preparar una actividad basada en un reto, con la idea que trabajaran la comunicación oral, de forma que los educandos perdieran el miedo a exponer, que también se hiciera hincapié en el trabajo colaborativo, ya que la elección de propuestas la deberíamos realizar entre todos y todas. Todo esto en una inmersión en un tema relacionado con el mundo profesional en el que se sitúa el ciclo formativo que estudian los educandos.
Cada alumno/a debía proponer/elegir una propuesta que sirviera para mejorar a la empresa y exponerla al resto de compañeros, como si fueran los trabajadores de su propia empresa. En la valoración se tendría en cuenta la forma de comunicar, la imagen adecuada, la exposición de las ideas, etc. a través de un plantilla que fue entregada a todos ellos. Una vez realizadas las exposiciones, entre todos elegimos la idea/propuesta que nos pareció mejor a desarrollar, con un premio para dicha mejora. (En la situación entregada a los alumnos se hablaba de un premio para un viaje; evidentemente el presupuesto no daba para ello, por lo que se sustituyó por una guía de viajes al lugar deseado).
En estos dos enlaces os dejo (como recurso educativo abierto), la actividad entregada, con todas las propuestas planteadas por todos, así como la plantilla utilizada para valorar las distintas presentaciones realizadas por los alumnos y alumnas.
- Reto planteado, con todas las propuestas presentadas y debatidas en clase.
- Plantilla utilizada para la evaluación.
El arranque de dicha actividad fue una propuesta del docente, pero después los alumnos y alumnas la tomaron como suya. No sólo participaron activamente en proponer ideas/mejoras, sino que buscaron información para poder exponer con precisión y fundamentos aquello que presentaban al resto. La elección de su propuesta fue un reflejo de sus pensamientos y una toma de posición, surgiendo debates muy interesantes en el aula. Además, la valoración de todas las propuestas y la elección de la que se consideraba mejor fue también un momento de debate y enriquecimiento, al escuchar opiniones a favor y en contra de las distintas propuestas. Durante la preparación, algunos de los alumnos y alumnas empezaron a interesarse por estos temas, de forma que comenzaron a prestar atención y a enlazar ideas/noticias que vieron en distintos medios de comunicación y que presentaron como propuestas/ideas propias, enriqueciendo el número de mejoras a presentar.
4.- Valoración personal
Ha pasado tiempo desde que me decidí a dar el paso con esta experiencia. Ahora resulta más sencillo salir del camino y plantear distintas actividades. Sigue produciéndose dentro de los educandos un recelo al principio al realizar una actividad que se salga de lo que conocen y, sobre todo, la típica pregunta de eso para qué vale.
En el caso de esta actividad, para que se tomaran más en serio la investigación y presentación de su idea, consideré valorar la actividad tanto como un examen. Al principio las caras no fueron de agrado, pero al preguntarles al final de curso por su valoración personal de todo lo estudiado, muchos hicieron mención a esta actividad como lo mejor del curso, al hecho de que no hay mejor forma de entender la comunicación que elaborando y presentando una comunicación al resto de compañeros y no sólo escuchando las clases (bien o mal) preparadas del docente de turno, que todavía hoy se sigue utilizando el mismo esquema de clase magistral y se sintieron en otro lugar tanto en el debate de propuestas, como en la exposición de su idea.
Un riesgo que corrí y que si repitiera la actividad no haría, sería el que todos valoramos las presentaciones de todos, de forma que se creó cierto ambiente competitivo y comentarios sobre la baja valoración que algunos compañeros daban entre sí (que no deja de ser otro aprendizaje de las circunstancias que pueden suceder en cualquier empresa).
En su momento, todo fue incertidumbre, una sensación de no saber muy bien hacia dónde nos dirigíamos. Después te das cuenta cómo se va construyendo algo distinto entre todos, al debatir las ideas y sugerencias que salieron propuestas por los alumnos. Como tomaron conciencia de que dentro del mundo empresarial había más elementos a considerar de lo que habían pensado, que había muchos aspectos que afectaban a distintos niveles de nuestra vida diaria. Seguramente la primera vez no sale bien, la idea que tiene el docente en la cabeza es una mezcla de ideas sacadas de cursos, artículos, conversaciones, etc. Pero es fundamental dar el paso adelante y realizar cambios en el aula. Aquella actividad fue el arranque de una toma de conciencia de que no pasa nada por salirse del camino hasta ahora marcado. Después ha venido el reflejo teórico de la necesidad de salirse del camino, de una toma de conciencia de una pedagogía crítica y un encuentro con otros muchos docentes con las mismas inquietudes. A modo de ejemplo:
- Mi palabra favorita. Trabajo de las destrezas lingüísticas.
- Los círculos de lectura, una experiencia de éxito.
- Salvando palabras.
- El uso del vídeo para la mejora de la competencia de la expresión oral y la construcción del conocimiento.
- Cuando el alumno supera al maestro.
- Una vuelta de tuerca a la metodología Flipped Classroom.
- Pequeñas experiencias para romper las rutinas de la apatía.
- Scaperoom educativo, una experiencia de éxito.
Rafael, estoy totalmente de acuerdo contigo cuando dices "es fundamental dar el paso adelante y realizar cambios en el aula"; muchas veces nos surgen ideas de activiades o acciones para llevar a cabo con nuestro alumnado, para motivarlo y convertir su aprendizaje en uno significativo. Y lo único que tenemos que hacer es atrevernos, hacer cosas distintas porque las viejas no siempre funcionan, y ese primer paso al que aludes en el título es el más difícil de dar por la inercia a mantenernos dentro de lo conocido. Salirse del camino es lo que nos hace conocer cosas nuevas y aprender.
ResponderEliminarRafael, me ha parecido muy interesante tu entrada, tanto por la forma como por el fondo. Sin embargo hay una parte que no comparto, y es cuando dices que no volverías a hacer que los alumnos valoren el trabajo de los demás. Yo lo veo positivo para trabajar la educación en valores y el espíritu crítico, creo que no debemos de tener miedo a pasar esa barrera con los estudiantes porque a veces tienen más sentido común de lo que pensamos.
ResponderEliminarAna Mariñosa
Ana, totalmente de acuerdo con que tienen más sentido común de lo que pensamos. Pero es curiosos (y de verdad que me tiene desconcertado) que este año me ha vuelto a pasar con la evaluación entre pares, he detectado que era mejor no hacerla por "envidias", etc. Y es un grupo bastante adulto, lo que me sorprende más. También me da la sensación que puede llegar a fomentar la competencia, en según que temas. Pero para esto habría que desarrollar otra entrada...
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