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SALVANDO PALABRAS


Juana García Valenzuela

SALVANDO PALABRAS

Una vez escuché a Emilio Duró decir en un vídeo motivacional para empresas que, si no eres capaz de inventar algo nuevo, de ser original, lo que tienes que hacer es imitar aquello que ya funciona y que han hecho otros. Por eso, la actividad que os presento no es una copia, pero sí un espejo que refleja, con algunas adaptaciones, un ejercicio que aprendí en la etapa en la que hice las prácticas del Máster de formación del profesorado hace unos años en un centro de secundaria de la Comunidad de Madrid. En realidad, creo que todos nosotros estamos en este máster porque deseamos cambiar, aprender nuevas formas de enseñar, adaptarnos al presente y, si es posible, al futuro. Por eso, si no somos capaces de hacerlo solos, nos inspiramos en las técnicas y metodologías de los demás. Este blog es el resultado de esa voluntad de compartir.

¿Qué es salvando palabras?

Se trata de una actividad que he puesto en práctica en dos centros diferentes, pero siempre en el primer curso de ESO como parte de la asignatura Lengua castellana y literatura. El objetivo del ejercicio es ampliar el vocabulario y aprender palabras del español utilizándolas en el contexto adecuado según su significado.

Para llevar a cabo la actividad, lo primero que hay que hacer es explicar la narrativa del ejercicio al grupo de alumnos. Ellos se van a convertir en una suerte de médicos o cirujanos de la lengua y van a tener el poder de curar palabras que desconocen o que están en riesgo de desaparecer porque se están dejando de utilizar.

La mesa de operaciones y el botiquín

Antes de empezar a proponer palabras hay que diseñar un espacio físico o virtual en el que poder colocar y mover nuestras palabras, y en el que se puedan ir añadiendo medicamentos o cosas que las sanen cuando se utilicen en contexto. Por lo tanto, hay que construir una mesa de operaciones.

En el primer centro diseñamos una UVI MÓVIL porque cambiábamos de aula tres veces por semana, no se podía diseñar un espacio fijo. La UVI consistía en un encuadernador de plástico en el que insertamos cartulinas de varios colores. Cada cartulina tenía tres columnas y sus correspondientes emoticonos junto a las palabras UCI, REANIMACIÓN y SALVADA. En ellas los alumnos iban apuntado las palabras. A medida que se iban salvando, iban tachando y cambiando las palabras de columna. Cada día un alumno diferente se llevaba la UVI a casa.

En el segundo centro la UCI DE PALABRAS consistía en un mantel de plástico azul o rojo de un metro de alto por tres de ancho. El mantel se fijó a una pared del aula con masilla adhesiva de modo que estaba al alcance y a la altura de todos los alumnos. Sobre el mantel se pusieron carteles pintados por ellos en los que se podían leer los mismos letreros: UCI, REANIMACIÓN y SALVADA sobre emoticonos que las representaban.

En segundo lugar, hay que elaborar un botiquín que contenga los medicamentos, las comidas y las emociones que nos sanan. En el caso de la UVI MÓVIL, como el espacio era tan pequeño, los alumnos solo añadían una raya o palito junto a la palabra cuando esta había sido utilizada correctamente. Sin embargo, para la UCI de pared se realizaron dibujos en pequeñas cartulinas (brócoli, sopa, manzanas, aspirinas, betadine, besos, abrazos, mimos…) que se guardaban en una pequeña caja que era el botiquín. Cada vez que se utilizaba una palabra correctamente, el alumno elegía un dibujo y lo situaba junto a la palabra utilizando celo o blu tack.


Que entren los pacientes…

Una vez construidos los elementos materiales necesarios, se procedía a dar entrada a los pacientes: las palabras desconocidas o en riesgo de desaparecer por desuso. Las palabras podían proceder de diferentes situaciones, aunque la mayoría de ellas salían de textos, ejercicios, libros de lectura y de situaciones cotidianas vividas por ellos en las que leían o escuchaban una palabra que desconocían.

El siguiente paso es buscar en el diccionario esa palabra. Esto puede hacerse utilizando el diccionario en papel (como sucedía en el primer centro porque siempre había un diccionario sobre la mesa del profesor) de modo que un alumno lee el significado o significados que tenga esa palabra en voz alta. En el segundo centro utilizábamos el diccionario digital de la RAE porque podíamos leer entre todos en el proyector. En este paso, el grupo tiene que ponerse de acuerdo para decidir cuál de las acepciones del diccionario es la más adecuada o la que se corresponde mejor con el tema del texto leído o la situación vivida.

Cuando el significado está claro y todos lo entienden, un alumno apunta la palabra en la UVI o realiza un pequeño cartel con la palabra para pegarla en la UCI de manera que quede a la espera de ser curada. Se pueden añadir tantas palabras como se quiera.

Comienzan las curas y las operaciones

Todos los días el profesor debe comenzar la clase dedicándole unos minutos a la actividad. Siempre debe empezar preguntando al grupo quién ha utilizado alguna de las palabras que están en la UCI. Los alumnos que las hayan utilizado levantan la mano y explican en qué situación la han usado. Si el contexto es el adecuado (esto lo deciden conjuntamente los estudiantes y la profesora), ese alumno puede coger un medicamento y situarlo junto a la palabra a la que ha curado un poco. Así se continúan curando y salvando el resto de las palabras. El criterio para cambiar la palabra de la columna UCI a REANIMACIÓN es haberla utilizado tres veces, y pasa a la columna de SALVADA si se utiliza otras dos veces más. Por lo tanto, toda palabra que se ha salvado ha sido utilizada en cinco ocasiones.


Recompensa

Como es una actividad que se realiza en grupo, la recompensa también es grupal. Si al finalizar cada evaluación no queda ninguna palabra en las columnas UCI y REANIMACIÓN, el profesor sumará un punto (o la nota que considere) a toda la clase y otorgará una insignia colectiva por haber conseguido que ningún paciente se quede por el camino malherido. Para la siguiente evaluación se quitan las palabras salvadas y se vuelve a comenzar.

¿Es una actividad basada en el proceso?

Mi experiencia es que la actividad gusta y motiva mucho a los alumnos. Es una actividad basada en el proceso porque están aprendiendo el significado de las palabras mientras las utilizan individual y colectivamente; no tienen que memorizarlas sino recordarlas para aplicarlas en situaciones de su vida diaria. El tiempo en el que se desarrolla la actividad, el aula se convierte en una suerte de laboratorio en el que cada alumno elige su propio camino en función de sus intereses pues escoge qué palabras desea salvar-conocer. Además, sucede que asocian las palabras a experiencias vividas por sus compañeros, experiencias que les resultan cercanas, por eso no suelen olvidarlas. Incluso cuando un alumno yerra porque no supo utilizarla bien, tanto el alumno como el grupo aprende del error cometido porque recuerda esa situación.  Como los alumnos pueden realizar propuestas, el resultado del aprendizaje se basa en las experiencias individuales y colectivas, por lo tanto, aprenden siguiendo el modelo educativo de la Pedagogía de la Incertidumbre (Aparici, R.)

En los dos centros los espacios que elaboraron para salvar a sus palabras se conservaron con mucho cuidado porque habían sido ellos quienes los habían creado. Es habitual que los estudiantes hagan referencia a las palabras salvadas fuera del momento del desarrollo de la actividad, te las ponen en otros ejercicios y redacciones o en los exámenes para que veas que se acuerdan de ellas. Para evitar problemas, siempre hay que intentar que no se utilicen palabras que puedan usarse como insultos. 

En algún caso ha sucedido que algún estudiante se ha inventado el contexto en el que supuestamente ha utilizado la palabra porque se acercaba el final de la evaluación y aún quedaban palabras pendientes por curar. No es necesario penalizar esa actuación porque el simple hecho de pensar una situación adecuada para utilizar la palabra ya sirve para el objetivo propuesto: que sean capaces de utilizar correctamente palabras en contexto y que amplíen su vocabulario. Esta situación se podría justificar y enmarcar dentro de la Teoría del Caos pues se produce en un modelo de relación basado en el pensamiento complejo (Morín), no lineal. La deriva del ejercicio sigue el esquema del “efecto mariposa”, en cada centro, con cada grupo de alumnos el resultado puede ser distinto porque depende de los intereses de cada grupo, pero es igualmente válido porque sigue la misma historia narrativa.

El reto es que en el siguiente centro la mesa de operaciones y el modo de salvarlas incluya el uso de herramientas y entornos digitales.  De este modo, podríamos vincularla con la Pedagogía de la comunicación, es decir, con aquella educación transmedia que se produce más allá de las aulas e incluye experiencias educativas interactivas. Con el sistema actual, los alumnos aplican sus conocimientos y aprenden otros nuevos realizando sus prácticas fuera del centro, pero si se ampliara la tarea a espacios virtuales, probablemente generaría más interés, participación y se crearían nuevas comunidades de aprendizaje porque se conectarían nuevos usuarios a través de diversos canales de comunicación.
Solo me queda animaros a que vosotros pongáis también esta actividad en práctica para compartir experiencias sobre sus resultados.

Nuestra tarea guarda relación con la actividad que se desarrolla y que se expone en el Instituto Cervantes sobre palabras y expresiones olvidadas

Otras experiencias basadas en el proceso y relacionadas con la materia  Lengua castellana y literatura:

Comentarios

  1. Me parece una actividad fantástica, creo que el trabajo del vocabulario es fundamental. Me pega hasta 1º ESO, no sé si funcionaría en cursos más altos. Qué opinas?

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  2. Sí, solo lo he utilizado en cursos de primero de ESO. La mecánica de la actividad no sé si sería tan atractiva para los mayores. Quizá en un grupo de segundo flojito también podría salir bien con este sistema. Pero también se puede adaptar y hacerla más compleja para cursos de tercero o cuarto. Se me ocurre que podrían utilizar las palabras en los comentarios de una cuenta de Twitter creada para ese fin.

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  3. ¡Me han entrado ganas de ser profesora de LCL! Aunque se me ocurren algunas posibles aplicaciones en mi especialidad (música secundaria) para recordar los nombres de todos los instrumentos musicales, especialmente los folclóricos que son menos conocidos por ellos, clasificarlos por familias, tipos, etc. Me gusta sobre todo la idea del mural, ya que así las palabras están siempre presentes en el aula cuando ellos entran y les sirve de recordatorio de aquellas que aún quedan pendientes. Compartiré está entrada con mis compañeros de centros, ya que me parece estupenda.

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    1. Me alegro de que te haya gustado y de que te parezca útil, Blanca. ¡Adelante con la salvación de los instrumentos folclóricos!

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  4. Juana, que actividad más bonita para 1º ESO, !cuantas palabras comunes desconocen los adolescentes!. La pérdida del hábito de la lectura hace que nuestros registros sean cada vez más pobres, necesitamos reinventarnos cada día en el aula para ir adaptándonos a esta nueva sociedad. Nuestros alumnos mantienen conversaciones digitales con frases muy cortas, llenas de respuestas inmediatas y convulsivas, donde el espacio a la reflexión y al uso de un vocabulario extenso está muy limitado. Gracias por intentar curarlos.

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    1. Sí, parece una obviedad, pero a veces nos olvidamos de que es necesario aprender y enseñar nuevas palabras a los adolescentes para que no utilicen tantas palabras baúl. Yo misma aprendo palabras a la vez que ellos. ¿Sabéis que existe la palabra mequetrefa como femenino de mequetrefe? Además, estoy de acuerdo con tu reflexión, los hábitos de lectura han cambiado y tienen repercusión en el lenguaje. Gracias por tu comentario, Mercedes.

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  5. Me encanta Juana, ojalá hubiera aprendido así muchas palabras cuando era pequeña, jejeje. Se podría decir que además de estar basada en procesos utilizas la gamificación del aula, ¿no?.
    Creo que es muy original, pues ayuda a aprender, porque aprenden haciendo y sintiendo lo que hacen.

    Saludos, Delia

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    1. Gracias Delia. Sí, en cierta forma es una actividad que tiene algo de gamificación porque obtienen una recompensa; la hacen de forma individual y grupal, pero el éxito o el fracaso repercute en todos, tienen que apoyarse entre ellos, sería un juego cooperativo; el mural se parecería al tablero de juego y los medicamentos y las palabras serían como las fichas que tienen que mover según sus acciones. No lo había pensado así, pero tienes razón. Gracias por tu observación.
      Un saludo.

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  6. Me ha encantado la dinámica! Cuando hacemos intervención de lenguaje en cursos más tempranos solemos hacer juegos similares para fomentar la adquisición de vocabulario. Muchas gracias!

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  7. ¡Hola Juana!

    La dinámica llevada en clase me parece estupenda, creativa y muy motivadora. Creo que en la etapa de secundaria, y más concretamente con el primer curso, es muy importante trabajar el vocabulario y además hacerlo de una manera más innovadora para captar su atención y hacer que el aprendizaje sea verdaderamente significativo. ¡Felicidades por tu empeño!

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  8. Juana, en relación con esta tarea he encontrado esta noticia sobre una exposición de "Palabras olvidadas" del Instituto Cervantes: http://mvod.lvlt.rtve.es/resources/TE_SDIA14/mp3/2/0/1559651719302.mp3
    Te puede servir para introducir la tarea.

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