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Based on true events


                                                                                                    

Facing reality 

  Luis Adolfo Veiga-Pinto Suanzes-Carpegna

El que caso que me dispongo a contaros no encierra ninguna maravillosa e innovadora metodología, se podría definir como una experiencia de fracaso, pero no ya por la didáctica empleada, sino como situación que arrastra y deriva de otras circunstancias adversas y planteamientos erróneos ajenos a nuestro control.
Situaciones de este tipo suceden más a menudo de lo que podríamos pensar y los currículos o programas no fueron pensados para contextos que, sinceramente, superan lo imaginable.  

Teniendo en cuenta la ratio de los alumnos, los planes bilingües de pseudo segregación y la falta de sentido común que muchas veces da forma a las aulas con las que nos encontramos, la práctica docente se convierte en no menos que milagrosa. Soy profesor interino-peregrino y la realidad es la que es: llegamos los últimos y nos toca lo que nadie quiere, lo que previamente ha sido descartado, que se traduce en trabajo; con suerte no demasiado lejos de nuestra residencia y evidentemente cada año con oficina y compañeros nuevos.
En fin, supongo que más de uno estaréis familiarizados con la dinámica y no es necesario que me extienda. He entendido conveniente realizar esta breve introducción porque considero que la docencia puede variar muchísimo según las circunstancias, ya nos encontremos en un centro público o privado, y también dependiendo del ciclo al que nos dirijamos. 

Para situarnos, el curso del que me dispongo a hablar me tocó hace un par de años, un centro de enseñanza secundaria adherido al programa bilingüe, en un barrio ligeramente conflictivo-deprimido. Como suele ocurrir la incorporación tuvo lugar unos días después de que se diera el pistoletazo de salida, con lo cual pude elegir poco. Siendo tan sólo mi segundo año me tocó ejercer como coordinador del programa bilingüe, algo que me vino enorme pues lo desconocía completamente, (Imaginad que vais a buscar trabajo a una empresa y os hacen jefe o director). Bien, esto que se convirtió en burocracia, papeleos y trabajo, no iba a ser ni mucho menos lo “peor”; la patata caliente sería un primero de la ESO donde literalmente habían colocado todo lo que les sobraba de los otros grupos. Ellos mismos me decían: “Nosotros somos los otros teacher, los tontos” 

El Grupo estaba formado por 26 alumnos, realmente no son muchos pero la mezcla era explosiva. Tres de ellos diagnosticados con necesidades educativas especiales, aunque había dos más que no tenían diagnóstico pero estaban igual, infantiles para su edad y con un nivel cognitivo equivalente al de un alumno de 3º o 4º de primaria. 

Había otro que se pasaba las noches jugando a la video consola y en clase se quedaba literalmente dormido. Los alumnos más destacados eran a su vez los que más lata daban, en este caso eran de Marruecos, dos hiperactivos (imposible hacerles callar). Si tan sólo comprendieran que hay que levantar la mano para poder hablar. Era una auténtica olla exprés, todo lo que se les pasaba por la cabeza lo soltaban. 
En la clase, aparte de los propios del pueblo donde nos encontrábamos, había dos chicos de Ecuador, un chino, 8 de Marruecos, tres de los cuales eran chicas y estaban totalmente a la sombra frente a la voz cantante de los chicos (como es de esperar en una cultura patriarcal y machista porque no decirlo). Y por si fuera poco, en noviembre llegó un chico de Castellón, y en febrero otro de Granada, los dos incorporación tardía al centro, uno que decía no tener ni idea de la materia y el otro con buena  base pero que viendo el percal se lo pasaba pipa sin dar palo al agua.

Aquí, evidentemente, lo difícil no fue dar inglés, lo realmente imposible era mantener el orden. ¿Cómo se pretende dar respuesta a tres alumnos con necesidades especificas? ¿qué adaptaciones puede uno llevar a cabo en tremendo gallinero?? Si se me ocurría darme la vuelta para usar la pizarra era revolución segura. 

Sé que puede parecer exagerado pero la realidad supera la ficción. Martes, miércoles y jueves los tenía a última hora, de 13.30 a 14:25, deseando salir e irse a casa estaban que se subían por las paredes. Casi se me olvida, un alumno de etnia gitana, que venía cuando le apetecía, se sentaba al final de la clase a tocar palmas. 
Desquicie total, cuando salía de clases y cogía el coche estaba para tomar un camino. Encima te encuentras sólo ante el peligro ya que en jefatura no se hacen cargo, y su respuesta fue que había habido grupos mucho peores y que yo debía estar a la altura. Si quieres amonestar a un alumno tienes que rellenar un jaleo de papeles y al final de la clase llamar a sus padres, con lo que si la clase acaba a las 14:30 saldría del IES a las 15 cuando poco. Está bastante claro que las amonestaciones no iban a ser el remedio.

A continuación detallo alguna de las medidas que tuve que tomar para directamente hacer de las clases algo fructífero en donde el alumno se sintiera protagonista y entendiera que algo tan ajeno a él, como podía parecer la lengua inglesa, era sin embargo un nuevo lenguaje por descubrir que ayuda a comprender el mundo global en el que vivimos.  
La única solución fue cambiar por completo de metodología. Está claro que nuestra labor docente se convierte, en gran medida, en labor social; con un grupo de esas características de nada sirven libros de texto que ponen de ejemplo la disciplina de Oxford y Cambridge.

  • Aprendizajes significativos acordes con la realidad del alumno
  • Partir desde lo que saben y no desde lo que marca el currículo
  • Hacerles sentir protagonistas y participes de su propio aprendizaje 
  • Potenciar el uso de las tecnologías. Usar el móvil como herramienta de aula
  • Utilizar la figura del Teacher-student formando grupos de ayuda y colaboración
  • Mostrar la multiculturalidad como riqueza definiendo gustos, costumbres y tradiciones
  • Plantear temas de actualidad adecuados a sus necesidades e intereses
  • Resolución de conflictos mediante el debate y la conversación guiada
  • Potenciar la evaluación formativa como proceso de enseñanza/aprendizaje
  • Explotar las destrezas orales mediante tareas centradas en el medio audiovisual
  • Implantar una mecánica lúdica en las actividades de clase
  • Centrarnos en los objetivos básicos alcanzables destacando la competencia comunicativa
  • Dar pie al auto-aprendizaje y a la auto-evaluación. Aprendiendo a aprender
  • Implementación de tests para evaluación: diagnóstico, formativa y final
  • Creación de videos y podcast para la presentación de tareas en plataforma moodle
  • Fomentar la participación admitiendo el error como primer paso hacia el aprendizaje 
  • Dar acceso al plan general de la materia sabiendo en todo momento donde estamos
  • Graduación de los objetivos para ir de lo más fácil a lo más difícil
  • Ofrecer diversidad de materiales y actividades manteniendo la motivación y el interés


Who are they? 
A continuación narro como ejemplo una de las actividades que se planteó para la semana Británica dentro del centro y en la cual los alumnos participaron. La tarea tuvo por nombre ¿Quién son ellos? Dividimos la clase en 4 grupos, les encomendé buscar información en base a los personajes más característicos de UK. Ellos decidieron su personaje y a partir de él recabaron datos y realizaron una presentación explicando y detallando su función y particularidades. La práctica la pudimos llevar a cabo conjuntamente con el departamento de Plástica y entre todos los grupos realizamos unas figuras en madera a modo de Photo call, que fueron utilizadas para la presentación de los personajes en el salón de actos.





 



Conclusiones

A pesar de no haberme tocado el grupo soñado aquel año, supongo que no existe tal grupo, y lo que es más, aún reconociendo que fue extremadamente difícil, tengo que admitir que en este tipo de situaciones extremas es donde realmente aprendes y te das cuenta de lo utópico de las Programaciones Didácticas que todos preparamos, muy esperanzadoras y completas, sin ser conscientes de que la realidad está dentro de las aulas. 
Desde entonces han sido muchas las pautas que he cambiado en mis clases, y si una cosa me ha quedado clara es que cada alumno debe ser el protagonista de su propio aprendizaje; sería de gran ayuda que poco a poco se actualizaran los planes educativos, normas y decretos que nos vienen impuestos, para dar respuesta directa a las necesidades reales de los estudiantes sin vernos coartados y atados de pies y manos. Cuando uno pretende innovar se le aparece la imagen de la Inspectora o el inspector de educación tomando nota de todo lo incumplido en el guión.






















Comentarios

  1. !!!Me he quedado con la intriga¡¡¡ ¿Funcionó? ¿Salieron adelante? Cuenta, cuenta...

    Ana Mariñosa

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    1. Pues, al menos llegamos a junio vivos. Creo que funcionó, aprendieron y aprendí. Pero siendo sincero, no los echo de menos!!!

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  2. Esta situación que describes es, desgraciadamente, muy común en nuestros centros educativos: la enorme variedad de alumnado con características tan distintas que conforman la clase, pero también la imposibilidad de trabajar la materia (en tu caso, inglés) pues ya que tienes que conseguir mantener un orden, respeto e intenta crear un ambiente habitable dentro del aula. A todo eso se suma lo que escribías al principio, ese grupo de alumnos se consideran a sí mismos, "los otros, los tontos". Cuántas cosas se están haciendo mal. Pero, el trabajo que describes y las propuestas que planteas son la manera de salir adelante, ¡sin tirar la toalla!

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    1. Ciertamente son clases que dan para escribir muchos libros. Qué mérito tiene enseñar a los supuestamente más predispuestos??

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  3. La situación que describes es exactamente la misma que me encontré en mi segundo destino como interina. Cuando llegué al IES, los compañeros me dijeron literalmente: "cuidado al entrar no te vayan a morder los tobillos...". Esto es muy políticamente incorrecto, lo sé, pues estamos hablando de niños/as que al final son víctimas de sus circunstancias y de un sistema que los agrupa en centros/clase que se convierten en auténticos guetos.

    En mi caso, tras varios días intentando dar algo de la materia (también inglés), me di cuenta de que lo que necesitaban esos alumnos eran ser escuchados, demandaban atención y cariño. Recuerdo que decidí hablar con ellos, saber cómo era su vida fuera de las aulas. Al final de las clases, los tenía siempre sentados a mi alrededor contándome sobre sus familias y culturas. Por fin, conseguí dar algo de contenido entre charla y charla. He de decir que fue una experiencia muy bonita.

    ¿¿Cómo fue al final tu experiencia?? Nos ha faltado el desenlace :)

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    1. Bueno compañera, me gustaría decir que fue bonito, y que como en las películas comimos perdices y acabamos felices. Pero lo recuerdo mas como una aventura de riesgo; yo hice cayo y ellos se divirtieron y aprendieron el verbo to be al menos!!!! Every cloud has a silver lining

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  4. Yo tuve así una clase de alternativa a la religión que entonces nos la colocaban a los de música o a cualquiera que le sobrara alguna hora, y yo era la novata. Por cierto, también me obligaron a dar 1 hora de frances a la semana (idioma que yo no había estudiado en mi puñetera vida.) Cuando eres interin@ te enfrentas a situaciones a veces de risa y otras para llorar, me tocó apuntarme a unas clases para aprender francés y lo que me enseñaban yo se lo enseñaba a ellos. La ventaja es que la materia de alternativa permitia no focalizar tanto en los contenidos y por el contrario hacerles reflexionar en debates y charlas. Te tienes que reinventar y cambiar tu perfil de docente por el de otro colega que charla con ellos.

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  5. Compañer@, hay que ser muy valiente para cambiar todos los planteamientos y enfrentarte a ese reto que describes. Esta claro que quien no es docente no se puede imaginar lo que significa enfrentarse a este tipo de dificultades y no hundirse o tirar la toalla. Tod@s los docentes hemos tenido alguna clase así o en la que no sabíamos por dónde empezar. Estoy segura de que aprenderías muchísimo ese curso. Lo que verdaderamente me parece tristísimo es el abandono que describes por parte del equipo directivo cuando para que los programas de atención a la diversidad triunfen se necesita apoyo y personal definitivo en el centro que los soporte (en el sentido positivo del término).

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    1. Pues sí que es triste. Pero en muchos centros parece que tienen totalmente asumido que los grupos supuestamente peores han de ser para los interinos; y una vez que nos acomodamos preocupaciones queremos las justas. Son normas de regimen interno y el equipo directivo es quien despliega las piezas del puzzle. También he de reconocer que ese mismo año se planteó un proyecto para cambiar la directiva. Cuando el rio suena...

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  6. Es el pan nuestro de cada día, los más jóvenes, con menos experiencia, pero con mayor ganas de trabajar, tienen que lidiar cada septiembre con todos los obstáculos que aprecen ante él. Ya no sólo por la indefinición de qué será de tu vida o cómo te irá a dos años vista. Nos encontramos con plazos muy pequeños de trabajo que hacen que sea prácticamente imposible intentar desarrollar algún proyecto, y ya ni hablamos si toda la comunidad a tu alrededor te lo ponen peor que oscuro. Espero que la experiencia haya tenido un buen final!

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    1. Sigo vivo para contarlo!!!!! De experiencias así se aprende, cuando tienes que defender la programación didáctica ante el tribunal es como que llevas presentes los galones.

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