Blanca Fernández Luna
Introducción
Mis andanzas como profesora de música en secundaria comenzaron en un centro concertado del que tuve la suerte de poder "escapar" gracias a la conocida "llamada de la Junta de Andalucía", pero al que también le debo mucho. Para empezar, el haberme dado la oportunidad de conocer el mundo de la enseñanza desde dentro (las prácticas del Máster de Secundaria es jugar en modo fácil) y poder recibir formación relacionada con primeros auxilios y, principalmente, aquello sobre lo que va a tratar este post: el aprendizaje cooperativo en el aula.
Bien es verdad que los cursos de formación para profesores ofertan todo tipo de cursos, pero durante los primeros meses de un docente (al menos en mi caso) en los que está poniendo los pies en la educación, parece que dejamos a un lado la formación extra, más aún si se avecinan unas oposiciones. Pero en el centro concertado donde me encontraba, aquella formación era de obligada asistencia y el legar de impartición era el mismo centro donde trabajábamos. En su momento no podía permitirme perder varias tardes durante varias semanas para poder asistir, pero hoy en día agradezco mucho que "se me obligara" a asistir.
Marco teórico
El aprendizaje cooperativo se puede enmarcar en la pedagogía de la comunicación y de la interactividad, como bien nos lo marca la compañera Clara Fernández en un post anterior de este mismo blog, ya que favorecen el trabajo en grupo y desarrollan competencias y actitudes diferentes a las que se podrían desarrollar si el alumnado trabajara exclusivamente de manera individual.
Pero también es verdad que, al trabajar cooperativamente, se genera un determinado caos en el aula en forma de: nunca hay silencio, los alumnos se levantan para preguntar a otros, pedir materiales (en el caso de un trabajo) o preguntar dudas al profesor encargado de la actividad. No hay que temer a esto, si no dejarse llevar. Los resultados, aunque a priori puedan resultar tan diversos que no se pueden agrupar ni evaluar, son realmente sorprendentes. Si se consigue con éxito realizar una actividad de aprendizaje cooperativo sin miedo al proceso y al resultado, podemos decir sin duda ¡bienvenido al club de la pedagogía de la incertidumbre! Sin lugar a dudas, es un camino tedioso y largo de recorrer, pero el alumnado saldrá sabiendo y valorando de una manera mucho más crítica cualquier materia o área que se le esté impartiendo.
Aprendizaje cooperativo
Como ya sabemos y bien nos explica el compañero Rubén Vals en su post La mano dura y sus consecuencias metodológicas, lejos debería estar ya la clásica clase magistral donde el silencio debe reinar y cualquier desviación del plan establecido se considera un error a evitar.
El aprendizaje cooperativo, por contra, se basa en una metodología en la que se forman pequeños grupos heterogéneos de alumnos y, colaborando conjuntamente, llegan a construir colaborativamente nuevos aprendizajes, con la mera guía del docente. Existen diferentes técnicas cuya aplicación varía en función del nivel educativo del alumnado, en general, y de sus capacidades como grupo, en particular. Esta metodología no es absoluta ni mucho menos cerrada, si no que está en continuo cambio, normalmente porque profesionales de la educación desarrollan nuevas aplicaciones y actividades en este sentido.
En mi caso, la formación en aprendizaje cooperativo venía dada por una docente de otro centro de la ciudad, que se había formado ampliamente en este tipo de educación, y cuyo centro educativo funcionaba a la perfección con esta metodología. Uno de los aspectos más importantes, y sobre los que más hincapié hizo es que era fundamental que todos los profesores de todas las asignaturas debíamos aplicar las distintas actividades en aprendizaje cooperativo (como sucedía en su centro). Con el tiempo, me he dado cuenta de que, efectivamente, es un plus, pero no es necesario ni imprescindible: una vez un docente en su asignatura aplique rutinariamente (todos o casi todos los días de clase) esta metodología, poco a poco el alumnado integrará esa forma de trabajar hasta que le salga de manera natural.
Otro aspecto que resaltó la encargada de la formación es que, a priori, puede parecer una pérdida de tiempo que, en términos generales, se avanza muy despacio con la materia, pero a posteriori, los objetivos se ven cumplidos con mayor éxito que realizando una tradicional clase magistral donde no hay una doble vía de comunicación docente-dicente. Los alumnos aprenden mejor y consiguen llevar a su terreno la materia trabajada.
Algo que parece no tener demasiada importancia, pero es una parte clave del aprendizaje cooperativo, es el tipo de agrupación, que puede ser (de mayor a menor duración de la actividad):
- 1) Grupo base: grupos de 4 alumnos que se mantendrá durante todo el curso escolar. Se realiza habitualmente por los tutores con sus grupos de referencia, ya que son con quienes más tiempo comparten y se podrán hacer agrupaciones más lógicas y beneficiosas para que el grupo, aun siendo heterogéneo, consiga colaborar conjuntamente y ayudarse para avanzar todos a la vez.
- 2) Agrupación formal: grupo también de 4 alumnos que se alargará durante varias sesiones, en función de la actividad a desarrollar (1-6 sesiones). Se puede utilizar el mismo grupo base u otro diferente.
- 3) Agrupación informal: número de alumnos variables, duración de 1 sesión o menos (algunos minutos de una sesión). Suele ser una agrupación espontánea y no tiene demasiado en cuenta la heterogeneidad del grupo, si no la inmediatez y la adaptabilidad de cualquier alumno a cualquier otro.
Por último, nos explicó varias actividades, diferenciadas según el tipo de agrupación. En mi caso particular, debido a la naturaleza de mi materia y a que no he sido tutora nunca (por lo general, sólo hay un docente de música en cada centro de educación secundaria, y ocupa todas sus horas con clases de música), aplico hoy en día las agrupaciones 2 y 3, y especialmente la 3, ya que actividades demasiado duraderas en mi materia, a sólo 2h semanales, acaban perdiendo eficacia (suelo realizar 1 al año del tipo 2).
Dentro de las actividades de agrupación informal, me gustaría destacar 2 de las que más uso en función de los niveles que imparto habitualmente (1º y 2º ESO): Consejo de sabios y 1-2-4.
Consejo de sabios
Consiste en dividir en pocos apartados (por ejemplo 3) la materia a impartir durante una sesión o parte de una sesión, y repartir a un grupo de 3 alumnos cada apartado (apartado 1, apartado 2 y apartado 3), de tal forma que cada uno tiene un apartado diferente que los otros no tienen. Se realiza esto con todos los alumnos del aula. A continuación, todos los alumnos del apartado 1 se reúnen, comentan y ponen en común lo que entienden del su apartado y lo llevan a su terreno, explicándolo con sus palabras entre todos; mismo procedimiento con los otros 2 apartados. Una vez se han aclarado todos los conceptos en cada uno de los 3 macro-grupos, todos los alumnos vuelven a su grupo original y tratan de explicar su apartado a sus 2 compañeros que, evidentemente, no saben nada del apartado que les ha tocado. De este modo, cada alumno en su grupo original de 3 alumnos se convierte en sabio de su apartado de materia. Los 3 miembros del grupo conectan los 3 apartados y le buscan un sentido común (previamente pensado por el docente).
La implicación del profesor/a debe ser solo la de guiar al alumnado que esté interpretando mal algún concepto u orientar a aquel que puede llegar a conclusiones más complejas y elaboradas.
Hasta la fecha, en la puesta en práctica resulta una actividad difícil de poner en marcha y caótica durante la explicación y, sobre todo, durante la reunión de los 3 grupos grandes (pueden ser también 4 o 5, pero más haría perder el sentido y sería muy tedioso cuando el alumnado volviera a su grupo original). Sin embargo, al formarse grupos tan grandes en el primer momento de la actividad, surgen muchas ideas y muy interesantes, que incluso el propio docente no podría no haber interpretado de dicha manera: incertidumbre total, con resultados inimaginables. Otro de los principales pros de esta actividad es la sensación del alumnado al volver a su grupo original, sabiéndose únicos portadores de su apartado de materia: siendo sabios de su pequeña parcela de conocimiento.
Funciona mejor cuanto mayor sea el curso, ya que siendo demasiado pequeños (1º ESO) tienden a dispersarse y a perderse durante la reunión del grupo grande y luego no saben qué hacer ni decir cuando vuelven al grupo pequeño.
1 - 2 - 4
En esta actividad, se divide la materia de 1 sesión o en parte de una sesión en varias partes de contenidos o actividades a realizar que sean concisas y cortas. Se divide la clase en grupos de 4 alumnos (excepcionalmente 3 o 5) y, a diferencia del consejo de sabios, todos los miembros del mismo grupo trabajan lo mismo, en 3 fases:
1º. Cada alumno individualmente analiza el contenido o realiza la actividad durante una cantidad limitada de tiempo, según la dificultad de la tarea a realizar. Los resultados más óptimos se consiguen cuando las tareas a realizar se pueden terminar en 1-2 minutos, no más.
2º. Por parejas (2 parejas en cada grupo de 4), comparan resultados e/o impresiones de la tarea realizada, intentando mejorarlas y/o completarlas con las del compañero/a. Duración recomendada: no más de 30-60 segundos.
3º. En el grupo de 4, comparan todas las conclusiones que han obtenido en el tiempo por parejas hasta llegar cada uno de los 4 miembros a la mejor respuesta posible, conformada por el análisis y reflexión primeros de cada uno de ellos individualmente. Duración recomendada: no más de 30-60 segundos.
Durante todo el proceso, especialmente en el 2º y 3º, el docente actúa de guía y de apoyo a los alumnos. Si se repite esta actividad durante la mayoría de las sesiones de un curso escolar, llegará un momento en el que el docente sea un mero observador y valorador de las conclusiones finales de cada grupo.
Finalmente, un portavoz de cada grupo expone sus conclusiones al docente y este le proporcionará a cada grupo el feedback necesario para mejorar o modificar sus respuestas (si es necesario).
Mi aplicación personal de esta actividad para motivar una participación más activa en el alumnado es hacer un ranking de puntos por cada unidad didáctica. Todos los miembros del grupo cuyas conclusiones sean las más adecuadas en opinión no sólo del docente, si no también de los propios compañeros, se llevan 1 punto en el ranking. Ya que los grupos van variando puesto que son agrupaciones informales, cada día trabajan los alumnos con compañeros nuevos y, de este modo, colaboran entre todos para conseguir puntos, pero finalmente serán solo 1 o 2 los que consigan el premio final: una pequeña recompensa en su calificación de cada unidad.
La aplicación de esta actividad funciona en cualquier de los dos niveles con los que trabajo habitualmente: 1º y 2º ESO. Su efectividad se ve mermada en cursos más elevados como 4º ESO o Bachillerato.
Conclusión
Como docente de música, me encanta crear actividades musicales, y nunca falta mi presencia y la de mis alumnos en cada evento que se organiza desde el centro y, en ocasiones, fuera de él. Sin embargo, aunque la interpretación musical, la audición y la expresión corporal sean muy importantes, los apartados teóricos (especialmente en 2º ESO, que se centra en la historia de la música) que nos vienen impuestos desde "arriba" pueden ser trabajados de manera motivadora y, sobre todo, de manera en la que el alumno sea el centro de su propio aprendizaje, y no el docente.
Hola compañera! Es muy interesante ver como en las asignaturas relegadas a un segundo plano por la sociedad se innova y se sigue luchando por dar una educación de calidad al alumnado. Yo creo que la música, las artes plásticas y escénicas deberían estar presentes en todo momento. Hace nada tuve la oportunidad de hacer una unidad didáctica sobre el agua en Infantil (en mis últimas prácticas) y todos lo contenidos los abordamos a través de la música. Trabajamos la escucha activa, el ritmo, el canto y la interpretación corporal e instrumental para abordar temas tan importantes como el ciclo del agua o la necesidad de preservar este recurso en óptimas condiciones. Añado a continuación otra técnica cooperativa por si les interesa a las compañeras y compañeros.
ResponderEliminarCOMPAÑER@S ENTRELAZADOS: es una dinámica de grupo que tiene como finalidad crear unidad y cohesión entre el alumnado. Se elabora un “mosaico de nombres” en una cartulina. Aparecen el nombre de todos los miembros del grupo, así como el del tutor o tutora. Los nombres aparecen igual que en el juego palabras encadenadas. Es decir, todos los nombres aparecen entrelazados y unidos por alguna letra de algún compañero/a de clase. Un alumno/a sale a la pizarra y escribe su nombre. A continuación, sale otro alumno, cuyo nombre debe contener una letra que coincida con una de las letras del alumno que ha salido en primer lugar. Se repite el mismo procedimiento para el resto de alumnos/as. Luego se pueden crear grupos de trabajo para que cada uno se encargue de una tarea que permita pasar lo realizado en la pizarra a cualquier otro soporta. Esta dinámica se puede realizar también con contenidos curriculares por equipos o como un único equipo para repasar las palabras clave de un tema al finalizarlo o hacernos una idea de las nociones que tienen antes de empezarlo.
En este enlace encontrareis una gran cantidad de ejemplos de TÉCNICAS FORMALES E INFORMALES DE APRENDIZAJE COOPERATIVO explicadas por María Varas Mayoral y Francisco Zariquiey Biondi. http://www3.uah.es/convivenciayaprendizajecooperativo/wp-content/uploads/2016/05/Cap%C3%ADtulo-t%C3%A9cnicas_Alumnos-con-altas-capacidades-y-aprendizaje-cooperativo-Libro-Torrego.pdf
¡Gracias por compartir tu experiencia!
Silvia Farga Albiol
Me encanta tu dinámica. Me parece una manera muy atractiva de repasar contenidos y los resultados "entrelazados" serán siempre diferentes, creándose en cada clase y cada grupo diferentes árboles de contenido, de los cuáles se puede extraer aquella información que ha llegado mejor al alumnado, y en cual hace falta hacer hincapié.
Eliminar¡Gracias por compartirla!
Blanca, que chulo, no me acordaba de la actividad del consejo de sabios y me ha encantado como te has explicado. El consejo de sabios lo hicimos en una sesion para trabajar la igualdad en el el centro de Profesores de Granada estabamos más de 100 personas y fue muy divertido e interesante, en ese caso nos agruparon y dentro de cada grupo nos encargaron a dos de cada grupo un concepto de igualdad a trabajar, la agrupacion de dos permitió que pudieramos trabajar el concepto y que en vez de hacerlo en solitario, nos sintieramos mas cobijados y que muchos que no nos conociamos, entablaramos conversación. Al volver a nuestro grupo principal nos apoyabamos en resumir lo que se había hablado, la actividad no dura mucho y después organizaron un descanso que nos permitió a los que habiamos hablado volver a conectar.
ResponderEliminarel trabajo cooperativo da muy buenos resultados no solo para el alumnado sino entre el profesorado, en el cole de mi niña trabajan por proyectos, osea que todas las asignaturas colaboran en un proyecto común y en un aprendizaje multidisciplinar de un area. Por ejemplo el proyecto común es "conocemos España": en Lenguaje estudiarian los gentilicios, refranes locales y de otras areas, redacciónes de zonas gen música la cancion popular de las diferentes zonas de españa, en Inglés se trabajan descripciones de lugares de españa, clima, donde vas en vacaciones, en educación física se realizarían bailes populares de diferentes comunidades y en matematicas se calculan distancias entre ciudades o problemas relacionados con los km de distancia y la velocidad... En mi área de conservatorio que tiene una de los contenidos de analisis musical he hecho aactividades que permitian análizar las obras que tocan en sus intrumentos y en la asignatura de orquesta, han compuesto obras y junto con sus profesores se han preparado para poder tocarlas en un concierto y hemos estudiado conceptos de manera práctica que en historia se estudian de manera más teórica.
ResponderEliminarMuy buen trabajo Blanca, creo que es una forma de trabajo muy interesante y además la voy a aprovechar para el trabajo, creo que como aprendizaje para la gestión de la conocimiento puede funcionar muy bien y aprovecho también el enlace que ha pasado Silvia Fargas
ResponderEliminarSaludos, Delia
Buen trabajo, Blanca. A mí también me atrae mucho esta forma de trabajar en clase con grupos cooperativos porque me parece que genera un aprendizaje mucho más eficaz y duradero en el tiempo.
ResponderEliminarEste año trabajo en un centro donde hemos recibido formación tanto de cooperativo como de aprendizaje basado en proyectos y según te leía me has recordado a nuestra profesora de música porque ella nos explicó varias de las técnicas. Es una coincidencia maravillosa...