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“No sueñes la educación, vívela”


Rosa Delia Pestana Pérez

"No sueñes tu vida, vive tu sueño”
Mahatma Gandhi

“Porque, se aprende realmente lo que se vive y lo que se recrea”
Mario Kaplum

Contextualización:

Mi primer trabajo fue como profesora de informática, en una academia privada, allá por los años 80, cuando aún los ordenadores no tenían ni discos duros, la informática era un lujo y las aulas de práctica tenían, apenas, 8 ordenadores.








Heredé unas clases comenzadas por otro profesor, con sus metodologías y costumbres, clases en las que habían personas de todas las edades y de todas las capacidades.

Que todos adquirieran los conocimientos, que amaran la informática y que sintieran curiosidad por querer saber más fue mi reto desde el primer instante y creo que lo conseguí puesto que llegué a tener más de 300 alumnos a mi cargo.

Los comienzos no son fáciles y menos cuando no has dado clase nunca, cuando heredas un curso a la mitad y cuando no sabes los conocimientos de los alumnos que hay en el aula, pero, dignamente me propuse demostrarles que no era perfecta, que no lo sabía todo, pero que pondría todo mi empeño en mejorar. Recuerdo que siempre les decía:

"Dependiendo de lo que yo les cuente y como se los cuente, voy a conseguir que amen o que odien la informática para siempre, así que voy a intentar que todos ustedes quieran saber más y que la adoren." y añadía "ustedes pregunten todo lo que quieran, puede que no lo sepa, porque la informática es muy amplia, y yo no lo sé todo,  pero no se preocupen, que si no lo sé, lo averiguo y se los digo mañana y si alguien lo sabe, estaremos encantados de que nos lo cuente".

Lo más que me sorprendió fue la clase de los sábados, una clase de 9:00 a 13:00 formada por 30 niños de entre 8 y 14 años aproximadamente para sólo 8 ordenadores.

Cuando entré en la clase de práctica observé que los niños se sentaban apiñados alrededor de los ordenadores, y que sólo uno cogía el teclado mientras los demás miraban. Ante ésto, pregunté quién no había tocado jamás el teclado, mis sospechas se confirmaron, muchos de ellos levantaron la mano.

Entonces ideé una estrategia educativa, visto:
  • el material con que contaba, 
  • que eran 30 y
  • que tenía mucha mañana, 4 horas, 
decidí crear dos grupos

  • El primero recibía dos horas de teoría y después se iba al aula de práctica a realizar algún ejercicio que yo le ponía en la teoría.
  • El segundo hacía los ejercicios que le había puesto la semana anterior y después pasaba al aula de teoría.


Con ello conseguí que en el aula de práctica hubieran 15 alumnos, 2 por ordenador, como eran 2 horas, cada hora tenía el ordenador uno de ellos.

Sólo verles la cara de felicidad de muchos de ellos, el sentir que estaban trabando, aprendiendo y practicando era maravilloso. Aún, hoy en día, después de más de 20 años, me he encontrado con algunos de ellos por la calle, y mi sorpresa es que muchos estudiaron temas relacionados con la informática.

Hoy en día, mi trabajo no es la formación, aunque me encantaría y me duele ver como la brecha digital en el mundo es tan grande. Jéssica Liñeiro Crespo en su entrada al blog nos habla educación inclusiva como un derecho a la educación que todos tenemos como personas, sin embargo, mientras en algunos lugares de nuestro planeta, incluso de nuestro país, existen zonas donde casi no llega la tecnología, tal como nos cuenta nuestra compañera María del Pilar Gómez Mondino, otros luchan por conseguir el poder de las nuevas comunicaciones, el 5G, una tecnología que permitirá, entre otras cosas, crear hologramas de profesores, y nos olvidamos que lo que realmente importa no son las herramientas, sino las metodologías que se utilizan dentro del aula y centro educativo. El tema es muy preocupante y se necesitan buscar soluciones urgentes.


Para educar para el siglo XXI nos tenemos que olvidar de la forma en que se educaba en el siglo XX,  se tiene que desaprender para aprender nuevas formas de hacer y conseguir que los alumnos salgan de esa incertidumbre que le rodea a través de nuevos procesos que le ayuden a salir de la zona de confort, donde el profesor deje de ser el centro del aula y pase a ser uno más, donde se termine con el feed-back y aparezca el feed-feed y la educación cree redes de motivación y aprendizaje colectivo, cooperativo y motivador desde una metodología personalizada, donde se cuestione lo que el profesor diga y  y para entenderlo me gustaría hacer referencia al trabajo de Begoña Sánchez Martínez, la cual  habla de la educación el arma más valiosa para construir el futuro.



Durante toda la vida el escolar busca alcanzar su sueño, pero, ¿Cuál es su sueño?, si la creatividad se anula diariamente con la metodología que muchos centros educativos y profesores utilizan.

En palabras de Edgar Morín: Para comprender un mundo complejo se requiere un pensamiento complejo, hay complejidad cuando son inseparables los elementos diferentes que constituyen un todo. Por ello, “la educación debe promover una « inteligencia general » apta para referirse, de manera multidimensional, a lo complejo, al contexto en una concepción global". Este fue contratado por la UNESCO para trabajar en un proyecto basado en su libro titulado "Los siete saberes necesarios para la educación del futuro", donde nos habla de "la necesidad de comprender la enseñanza de las incertidumbre y navegar en un océano de ellas a través de archipiélagos de certezas".

La incertidumbre, “la cual se genera cuando observamos la realidad a través de la lente de la complejidad” (F.J. Mojica) mantiene al ser humano en un constante estado de mejora. Se deben adquirir las habilidades adecuadas para navegar en la no certeza junto a tener un pensamiento crítico, creatividad, ser buen comunicador y tener capacidades colaborativas, dando paso a un nuevo modelo colaborativo, ágil y sistemático. Se quieren vivir experiencias, en un aprendizaje continuo.

Hoy en día, el conocimiento no lo tiene sólo el profesor, eso, lo dejamos para la época en la que las Universidades tenían “el libro”, un único ejemplar que los hacía conocedores de la materia que impartían, por lo que las clases magistrales eran la única forma de transmitir dicho conocimiento.

Vivimos en el siglo XXI, los libros están al alcance de cualquiera y cualquiera puede tener el “mejor conocimiento” sin tener que poseer ni “el libro” y ni siquiera “el título”.

Por desgracia, muchos profesores enseñan con unas metodologías que nada tienen que ver con el siglo XXI, se agotan a los pocos profesores que quieren hacerlo diferente, los cambios nunca gustan, siempre se ha hecho así, ¿por qué vamos a cambiar?, ¿yo no tengo tiempo?, ¿para lo poco que me pagan, bastante hago?, ¿a mí también me enseñaron así y aquí estoy?, ¿qué pretende ésta juventud?, en definitiva, lo que Roberto Aparici llama gatopardismo pedagógico.

Es fundamental y urgente enseñar a pensar de manera crítica y  para ello, se necesitan instrumentos que les ayuden.

Para entender que hacer, debemos analizar, 

Por un lado de lo que se oye hablar:

Según el informe Horizon:
  • Rediseño de espacios de aprendizaje combinando espacios mixtos, semipresenciales, online y presenciales.
  • Educar emocionando.
  • Aprendizaje visual y con cursos de corta duración (MOOCS, NOOCS)... Como es el ejemplo de la historia que nos cuenta nuestro compañero Francisco Javier Melendo Román​.
  • Aprendizaje móvil, en las que está presente el uso de la realidad aumentada, virtual y mixta.


  • Tecnologías analíticas que permitan interpretar los datos y sacar el mejor provecho para transformar y mejorar las experiencias de los alumnos y profesores.
  • Blockchain, que se entienden a través del uso de criptomonedas que puedan ser utilizadas para la verificación de la identidad y la fiabilidad y autentificación de las transacciones.
  • Los asistentes virtuales que permiten dar órdenes a través de comandos de voz.
  • Creación de grados modulares y desglosados.
En general:

  • Favorecer las habilidades en el aula
  • Educación personalizada
  • Aprendizaje para toda la vida
  • Bienestar en el aula
  • Favorecer el pensamiento computacional
  • Favorecer una educación que ayude a entender una vecindad global

Y, por otro de lo que se debería de solucionar:

  • Brecha digital
  • Necesidad de una evolución del profesorado en las estrategias de tecnología educativa
  • Repensar la práctica educativas
  • Repensar el funcionamiento de las instituciones
  • Desaprender para poder aprender
  • Clases magistrales donde el profesor es el centro
  • Rediseño de los espacios de aprendizaje, como en el texto de Evangelina Pérez Giménez, donde habla de espacios abiertos y aulas sin paredes.
Hoy en día, muchos profesores están preparados para enseñar en la era digital en la que nos movemos actualmente, y muchos alumnos no quieren escuchar algo que ya se muestra de una forma más amena en las redes sociales o que pueden encontrar fácilmente en Internet.

La desmotivación de los profesores, debida a la carencia de metodologías, a la falta de impulso por el propio centro educativo, a la falta de recursos, hace que muchos profesores se “adapten” a la espiral actual y se conviertan en acríticos y pasivos. Mientras que la desmotivación de los alumnos, los cuales ya menciona Ana  Mariñosa Garrido en su post "Mi palabra favorita", puede llegar a finalizar en abandono escolar, por no ser escuchados, ya que cuentan, fuera del entorno escolar, con ordenador, tablet, smartphone, grupos sociales con los que compartir conocimientos e ideas, para trabajar en grupo, para colaborar en tareas y hacer colaborativamente aquello que muchos profesores imponen como tarea individual. La generación milennial o la Z no saben hacerlo de otra manera. Han aprendido lo que ya decía Freide, “nadie se educa sólo sino en grupo” y añade “El grupo es la célula educativa básica”, “proceso por el cual un individuo entra en cooperación mental con otro hasta que ambos alcanzan una conciencia común” y se convierte así en un emirec (emisor-receptor) (Jean Cloutier), que permite una relación bidireccional permanente. Se hace urgente que se aprenda a comunicar y a dar forma a los mensajes. Ejemplo de ello es el trabajo realizado por Blanca Fernández Luna (Aprendizaje cooperativo en Música (secundaria))


¿Qué se necesita?

Romper con escuelas llenas de profesores que sienten que el aula es su “Reino de Taifa”, clases basadas en una educación vertical, bancaria, donde se impone su criterio.

En la aldea global en que vivimos, una forma de mantener al hombre en un constante estado de mejora es mediante la incertidumbre, pues el futuro es múltiple, se construye, no se predice, de ahí que se necesite enseñar para conseguir un pensamiento computacional debido a la obsolescencia de los productos y servicios tecnológicos, oportunidades, amenazas etc.... se trata de un aprendizaje para toda la vida, pues se debe preparar para cualquier cosa que pueda ocurrir, Morín, 1999, nos dice que “se debe favorecer una comunicación expresiva, argumentativa, multimedial, transmediática, que permita una participación plena, con inteligencia colectiva, colaborativa, cocreativa”, pues, se quieren vivir experiencias.

Favorecer el pensamiento crítico requiere un desarrollo individual y personalizado, tal como cuenta Gabriel Fernández​ en su texto: "Scape​room educativo una experiencia de éxito" y recuperar el análisis del poder, de las contradicciones, del conflicto, generando propuestas formativas orientadas hacia un mundo mejor y más justo.

Cargar de sentido lo que se hace en el aula mirando el más allá del aula, problematizándolo y generando una emersión de las conciencias como inserción crítica en la realidad” (Freire, 2012).

“Tendrían que enseñarse principios de estrategia que permitan afrontar los riesgos, lo inesperado, lo incierto y modificar su desarrollo en virtud de las informaciones adquiridas en el camino. Es necesario aprender a navegar en un océano de incertidumbres a través de archipiélagos de certeza” (Morin, 2001, 16-17).

Se debe enseñar a muchos profesores, para que sean capaces de hacer ese acto fundamental para el alumno, crítico para crear conflicto, para sacarlo de la zona de confort y que reaccione. Pues, “el pensamiento complejo es la capacidad de interconectar distintas dimensiones de lo real”, Edgar Morin. Y éste se basa en tres principios, el dialógico, la recursividad organizacional y el principio hologramático. Pues se deben llevar a cabo prácticas de enseñanza que conciban formas de favorecer las habilidades que consideramos críticas, como son la de aprendizaje, innovación, creatividad, pensamiento crítico, resolución de problemas, coordinación, comunicación, colaboración, alfabetización informacional, en medios digitales, flexibilidad, adaptabilidad, iniciativa, independencia, percepción social, interculturales, productivas, de liderazgo, de responsabilidad, de trabajo en equipo, escucha activa y resolución de problemas complejos, pues serán las más demandadas por los trabajos.

Se debe mejorar el bienestar dentro del aula, para ello, todos, tantos los alumnos como los profesores, deben trabajar con las emociones y desde aquí quiero hacer una llamada de atención al fomento de motivar a los profesores en una educación más real para las aulas de hoy, en que se les ayude a conseguir las capacitaciones metodológicas necesarias que les habiliten en las competencias digitales suficientes para afrontar un aula del siglo XXI, lo que mejora, por un lado su reputación digital, por otro sus habilidades y por otro al sentirse motivado y creativo afectará positivamente en el aula. Se necesita entender la cognición para comprender a los alumnos.



Aprender a manejar nuestra identidad digital, la comprensión de la organización, el poder de las compañías, las tecnologías digitales, las habilidades no digitales y el saber encontrar la información real evitando las fakes news y la postverdad.

Una educación que aporte habilidades para mejorar la comprensión para la inclusión social y económica plena, a través del diseño de actividades que ofrezcan diferentes caminos a la hora de comprender la actividad impartida favoreciendo el apoyo solidario, la participación entre pares, fortaleciendo, así, la comprensión hacia el otro, permitiendo una comprensión humana, descubriendo las cualidades humanas del otro y abrirse al otro, empatía y simpatía.

Propuestas a una posible solución

La solución podría pasar por que los profesores y centros educativos, sean capaces de saber crear estudiantes con perfiles knowmad, nómadas del conocimiento, con perfiles que encajan en un entorno volátil, fluctuante, con mentalidad líquida, con actitud de emprendedor, flexibles y capaces de adaptarse a los nuevos tiempos, gestor de incertidumbres, lo que le aporta mejora continua de sus capacidades y habilidades. Ser capaz de mantenerse en un constante estado beta, tratando de buscar la mejor versión de sí mismo. Ofreciendo habilidades sociales y comunicativas y donde finalmente, con el tiempo, se conviertan en verdaderos silvers surfers (profesionales de cabello y talento plateado con competencias digitales o talento silver). Pues, el capital social y la experiencia se convertirán en el valor más preciado.

Los estudiantes digitales deciden su tiempo y su organización, deciden el cómo, el dónde y el cuándo. Sus estudios se miden por objetivos, lo que aumenta su mentalidad de emprendimiento.

Conclusiones

Debemos gritar un alto “Basta ya”. Se deben buscar soluciones que pongan freno a esa desmotivación y apagar creatividades, una de ellas comienza por ayudar a los profesores, enseñarles a desaprender para aprender nuevas formas de hacer.

A mí se me ocurre una compensación con insignias digitales, ¿no es el conocimiento hoy en día el mejor capital que tiene una empresa?, pues partiendo de ese gran capital que ya tienen los profesores, valorarlo y gratificarlo de una forma digital, que se convierta en la moneda de cambio en los centros educativos. Basándonos en dicha insignia, la podríamos tomar como especie de moneda digital del conocimiento, ésto, por un lado, fomenta la participación activa del profesorado por conseguir un mejor prestigio y además, habilita las capacidades del profesor para afrontar nuevos retos digitales, lo que lleva a un aula más activa y adaptada a los nuevos tiempos.

Éste es sólo un ejemplo de la forma en que se podría hacer, pero creo que todos los compañeros que forman parte de éste Máster aportan esa educación del siglo XXI, motivadora, personalizada y basada en los procesos necesarios para que el alumnado se emocione en el aprendizaje.

Gracias a todos ellos por hacerlo posible.

"Lo que se transmite con emoción se siente

Lo que se siente conecta,

Lo que conecta se vive y

Lo que se vive, no se olvida, se aprende".






Comentarios

  1. Gracias Delia por tus palabras, pero tengo que diferir contigo en las siguiente palabras de (Edgar Morín) “la educación debe promover una « inteligencia general » apta para referirse, de manera multidimensional, a lo complejo, al contexto en una concepción global”. Creo que la educación en la actualidad debe de ir dirigida al desarrollo de la inteligencia personal, con el fin de que el desarrollo de las personas en este mundo tan complejo en el que nos vemos inmersos, debe de girar en esa línea.
    También te comento, creo que existen y existimos jóvenes y no tan jóvenes sobradamente preparados en el mundo digital, además de no dejar de formarnos en ningún momento en nuevas tecnologías y nuevas estrategias metodológicas. ¿O que hago yo aquí?

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  2. Evangelina, efectivamente, opino como tú, creo que debe ir dirigida al desarrollo de la inteligencia personal, a una educación basada en el estudio de cada alumno y cada situación, pues es lo que favorece su motivación, sus ganas de aprender y el que continúe aprendiendo.

    Por suerte existen personas como tú que se preocupan de hacerlo diferente, pero, desgraciadamente aún hay mucho que cambiar y muchos profesores que no quieren educar en el siglo XXI.

    Espero que pronto la mayoría sea lo que hoy es la excepción en la forma de educar y eso se consigue gracias a ti y a muchos como tú, algunos de ellos compañero que estudian en éste Máster.

    Por eso a tu pregunta de ¿Qué haces aquí? te contesto: Gracias por hacerlo diferente y por educar en el siglo XXI y por creer en el cambio. Creo que haces mucho para ello.

    Saludos, Delia

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  3. Sacar a los alumnos de su zona de confort, que no se nos olvide... que sólo hablamos de sacar a los docentes de la suya!!!! Todos deben de salir a experimentar, a aprender. Que no resulte que lo que hacemos es dejar a los discentes en su zona de confort, vaya a ser que se incomoden y entonces no estudien… ¡Difícil equilibrio!!!
    Nada fácil conseguir una receta equilibrada, pero es lo que los tiempos requieren. ¡Todos a moverse!

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  4. Es importante adaptarse a los nuevos tiempos, encontrar nuevas formas, conectar con el alumnado. ¿Pero vale todo? Lo digo por lo siguiente: la idea estudiantes de perfiles knowmad avpriori, parece que es buena. Y puse a investigar un poco más en Internet: https://escuelanomadadigital.com/cursos-trabajar-desde-casa/, (dónde todo es muy "cool" y muy prometedor), web en la que se pueden encontrar diferentes cursos, con algunos módulos comunes, uno de ellos, sobre la "teoría de las banderas". ¿Y qué dice esta teoría? No pagar impuestos, o cambiar de domicilio para pagar lo menos posibles (que los impuestos son injustos) trabajes donde trabajes, siempre supeditando todo a la mayor libertad absoluta (https://icoservices.kinja.com/2017-es-el-ano-para-practicar-la-teoria-de-las-banderas-1791600894/amp).
    Evidentemente hay que buscar nuevas formas, nuevos encuentros. Pero hay que profundizar de dónde vienen ciertas ideas, adónde nos llevan y si se puede, aprovechar aquello que consideremos bueno. Y siempre, siempre, siempre fomentar el pensamiento crítico.

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  5. Me encanta tú post Delia, creo que has dados en el clavo con las palabras de Morin, hemos intentado ser un mini- archipiélago en el océano digital. Y las experiencias de profesores que conectan con los nuevos tiempos y aprenden en sus clases tanto o más que su alumnado son un ejemplo de los vientos de cambio. Entender la complejidad como un sistema y valorar los pequeños cambios sobre los elementos que interaccionan en los espacios de enseñanza y aprendizaje, son un primer paso para gestionar experiencias de éxito. Me gustaría no dejar pasar la oportunidad de reseñar la motivación con la que has trabajado en este proyecto. Además, has descubierto mi vocación, knowmad, un placer aprender compartiendo espacios com personas como tú. No solo se aprende del profesorado, que ha salido llevarnos a este puerto, sino que también de compañeros como los que tenemos en este proyecto. Un experiencia enriquecedora que seguirá creciendo, pues sigue viva. Al encender la motivación, lo que se crea se transforma y no se termina nunca de descubrir nuevas experiencias educomunicativas.

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